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Este proyecto nace a través del concepto de la identidad creativa y de cómo esta converge en la vida de los creativos, pues muchas veces la forma de ser, la personalidad y el propio estilo del artista converge con su arte, con lo que uno hace.

Tuve la suerte de trabajar con Adrián Campo, más conocido como Adrián Le Bandit, un tatuador de Bilbao que ha hecho del tatuaje su forma de vida durante los últimos tres años. El objetivo principal del proyecto fue mostrar la esencia al completo de Adrián, como artista y como persona, pues en su caso, ambas cosas forman un todo.

Para Adri, el tatuaje es pura estética, no busca un significado a todos sus tatuajes y tampoco cree que deban tenerlo. Para él, es más importante la persona que le tatúa que lo que se tatúa. Esto también supone para él, como tatuador, una gran responsabilidad. Su identidad, asegura, se ha creado y se sigue creando gracias a todo lo que le rodea: los muebles que compra, el contenido que consume en redes sociales, la gente con la que se relaciona (y lo que esa gente hace)… piensa que todo suma a la hora de crear una identidad. Y por supuesto, los tatuajes son parte de su identidad y siempre lo serán.

“La relación con mis clientes es un punto de encuentro en el que dos personas llegan al mismo sitio sin conocerse. Como cuando en una película dos personas van al baile con el mismo traje, para mí eso es precioso… has estado, de alguna manera, en el mismo sitio con una persona totalmente desconocida y eso, de un modo u otro, os une”

El proceso creativo de Adri es siempre el mismo y muy lineal: llega un momento en el que necesita producir y la única manera de hacerlo sin distracciones es encerrarse en su casa un par de días para dibujar. Una vez hecho esto, siempre sigue retocando esos dibujos (normalmente flashes) hasta terminarlos. Y finalmente, tatúa. Sus tatuajes no suelen ser muy grandes, “no más de una hora o una hora y media, sino me pongo nervioso y no lo soporto”.

El proyecto se divide en dos fases diferentes, que resumen el proceso creativo de Adri: la primera, en casa, solo, dibujando. El segundo, en el estudio, tanto trabajando como estando con sus amigos. Mostrando también sus diferentes espacios de trabajo y/u ocio, pues siento que no solo cuentan su proceso, sino que también muestran quién es Adrián.